En un presente donde la hiperconexión ha vuelto común incluso lo extraordinario, los eventos enfrentan un nuevo reto pues no basta con impresionar, hay que transformar y eso no se logra con más pantallas, ni con fuegos artificiales, se logra entendiendo cómo se comporta la mente humana ante lo inesperado, lo multisensorial y lo emocionalmente significativo.